Actualmente se vienen propiciando las condiciones para generar cambios en la concepción del significado de la convivencia ciudadana, donde la recuperación de valores intrínsecos a la relación humana (el compromiso, la responsabilidad y el valor de la palabra), le dan sentido a la búsqueda de canales alternos tanto para la administración de la justicia como para replantear los paradigmas utilizados con el fin de enfrentar y administrar las diferencias, los desacuerdos, las controversias y el conflicto cotidiano en general.

Es por eso, que se ha hecho familiar el tema de la mediación, la cual permite soluciones alternas a los conflictos, privilegiando prácticas como el diálogo, la concertación y la comunicación, cuyo resultado ideal es el de un arreglo entre las partes, con beneficios para ambas dentro de un gana gana.

Sin embargo, es necesario adicionarle a ésta solución de los problemas, una metodología igualmente pacífica y ágil, pero desde la perspectiva de la Educación, orientada a otro sector de la población, como es el de la juventud.

La Cámara de Comercio de Cartagena, consecuente con ésta necesidad, plantea como alternativa de solución a la problemática de los adolescentes la mediación escolar que partiendo del respeto por las diferencias, logre desarrollar en ellos, ciertas habilidades, que les permita convertir sus dificultades, necesidades y limitaciones, en un proyecto creativo y enriquecedor de valores. En otras palabras, es buscar que la concertación se convierta en un hábito incorporado a su proceder diario.

El programa de fortalecimiento de la participación ciudadana a través de la mediación escolar  se propone acompañar el proceso de formación, creando un espacio escolar para analizar la dinámica y características del conflicto en los estudiantes, generando un encuentro con alternativas de solución diferentes que redunden en el desarrollo de las habilidades sociales.

Una de las perspectivas del proyecto a largo plazo es transformar patrones de respuesta ante el conflicto en forma violenta por una cultura de convivencia pacífica, a partir de unas nuevas alternativas para el manejo adecuado del conflicto y de igual manera recuperar tejido social, mejorando la calidad de vida de nuestros jóvenes e implementando el programa como proyecto de valores en el PEI de cada institución educativa beneficiada.